Francamente, es difícil predecir el rumbo que tendrán los Dallas Cowboys año tras año. En el 2014, muchos decían que tendrían una de las peores defensivas en la historia, y terminaron ganando doce partidos. Un año después, cuando todos los veían como un gran equipo, no pudieron superar las lesiones de Tony Romo y Dez Bryant y el equipo termino el año con sólo cuatro victorias. Tras la lesión de Romo en el 2016, todos tacharon de la competencia a los Cowboys. Mismo equipo que se convirtió en el sembrado #1 de la conferencia Nacional bajo el novato de cuarta ronda (que iba a ser el tercer QB del equipo), Dak Prescott.

El año pasado, eran uno de los favoritos para ganar el Super Bowl. Y bueno, a duras penas y tuvieron un récord “ganador”, quedándose a ver los playoffs en casa.

Ahora, a aproximadamente dos meses de la temporada del 2018, no sabemos que esperar de los Cowboys. Talento hay mucho. Pero también hay muchos cambios de entrenadores (a excepción del Head Coach y sus dos coordinadores). Ah, y Jason Witten y Dez Bryant, veteranos de toda vida para el equipo, están fuera.

¿Qué esperar de un equipo como los Dallas Cowboys en el 2018? Yo diría, una sorpresa. El problema es… ¿una sorpresa positiva, o una negativa?

Jugando en la misma división que los actuales campeones del Super Bowl, Philadelphia Eagles, hay muchos retos para tener una temporada exitosa. Eso sin mencionar el difícil calendario que está frente a los Cowboys.

Exploremos como sería una sorpresa placentera, y como sería una… bastante dolorosa. Estas no son predicciones, sino dos escenarios para cada una de las preocupaciones que persigue a este impredecible equipo en el 2018. 

Idealmente, la ofensiva regresaría a lo que fue en el 2016. Con la mejor línea ofensiva en la NFL, Ezekiel Elliott podría continuar haciendo maravillas (esta vez por 16 juegos en vez de 10), ayudando a Dak Prescott y a su nueva ofensiva a avanzar.

Eso, o que el novato Connor Williams no sea lo que esperamos y batallando al inicio de su carrera, volvamos a ver un puesto débil en la línea ofensiva, dándole poco tiempo a Dak para lanzar y problemas a Zeke en el campo.

Los receptores y el ala cerrada que se convierta en titular, podrían ser lo suficiente para que Dak pueda repartir el balón con un grupo de objetivos que puedan desmarcarse y crear separación.

Pero con un grupo de receptores que apenas y se han podido probar, ¿no es probable que la ofensiva que, según Dak, “no necesita un receptor #1, vea una deficiencia en el juego aéreo? Al final de cuentas, el grupo de receptores de Dallas deja mucho que desear. Potencial tiene, experiencia no.

La defensiva, con la llegada de Kris Richard, lograría que Byron Jones regresará a su máximo al lado de Chidobe Awuzie y Jourdan Lewis junto con un equipo de safeties en Jeff Heath y Xavier Woods que jugarán por encima del promedio.

Pero Woods y Heath tienen mucho camino por recorrer antes de convertirse en defensivos nivel Pro-Bowl y eso se verá reflejado en el campo. Su talento también, pero la inconsistencia podría vencer a los destellos.

DeMarcus Lawrence en la línea defensiva tendrá que probar que vale la pena para una larga y jugosa extensión, tal como lo hizo la temporada pasada. Pero, ¿logrará replicar lo que hizo en el 2017 o será más de lo que vimos al inicio de su carrera? Lo que hace el futuro de D-Law prometedor, es que realmente tuvo su primera temporada sana el año pasado.

Y por último, la posición que más se siente como un “volado” es la de linebacker. Por años, hemos visto a Sean Lee brillar en su tiempo en el campo. Pero también lo hemos visto lesionado más de lo que quisiéramos. Al parecer, este es el año en el que Jaylon Smith finalmente jugará al 100%, pero tiene mucho que recorrer y probar en el campo antes de que nos creamos que está al nivel en el que estaba en Notre Dame. Y el otro titular, Leighton Vander Esch, se ve listo para la NFL, pero al final del día, es un novato. ¿Podrá contribuir desde el primer día?

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La razón por la cuál acabo de resumir dos escenarios (uno optimista y el otro pesimista) es sencilla. El equipo está lleno de incertidumbres. Algunos dan por sentado que serán eliminados igual que hace un año y otros que llegarán a la semifinal.

Ambos escenarios se ven muy posibles. ¿Cuál de los dos será? Podría ser una sorpresa negativa, decepcionando a todos con un récord de 8-8. Pero también podrían volver al nivel con el que jugaron en la temporada en la que Elliott y Prescott le inyectaron una energía renovada al equipo.

Si tuviera que apostar, le apostaría a la segunda opción. Hay mucho talento en este equipo como para ver una temporada perdedora de ellos. La postemporada es alcanzable para ellos, en definitiva. Como campeones de división o como comodines, veremos a los Dallas Cowboys jugar en enero.